►w_adblock_intro◄
►w_adblock_explain◄
►w_adblock_closed_btn◄
Con la mal llamada democracia llegó la organización territorial que conocimos como el “café para todos”: la fragmentación de España en las autonomías o mejor deberíamos decir, siguiendo a Vizcaíno Casas, en las “autonosuyas”. El tentador pastel con el que repartir competencias, poder y con ello, riquezas.
Gracias al sistema electoral de esta democracia disfuncional, se permitieron partidos secesionistas que no tienen a mi juicio y al juicio de cualquiera que tenga un ápice de sentido común, razón de ser, facilitando con ello la posibilidad convertirse en llave o bisagra de pactos de gobierno a cambio de inversiones egoístas y con chantajes de más competencias. ¿Quién le quita un caramelo a un niño caprichoso?
Se les dio poder y todos los derechos a unos que, valiéndose de ellos, apuestan de manera enfermiza por abolir desde el interior nuestra patria. No se necesita ser demasiado avispado para prever que la ambición secesionista nunca será saciada.
Esta misma semana, Puigdemont y toda su flota de energúmenos nos presentan su primer paso hacia la república de Cataluña, la Hacienda Catalana y con ella la potestad de la recaudación de impuestos. Esto es una sintomatología inequívoca de lo que son estos burgueses con aspiraciones de dioses, que dejan claro nuevamente sus intenciones, intenciones que no percibe una gran mayoría de catalanes fruto de demasiados años de manipulación incrementando el odio a España desde edades muy tempranas.
Hoy nos llega el nuevo y flamante recién reelegido secretario general del PSOE, el Señor Pedro Sánchez, aquel que es capaz de cambiar la definición y en concepto de España según le compute en votos, con que existen no sé cuántas naciones en nuestro suelo: ¡Se vende patria! ¡Barata, barata! La tengo a cuartos, cuartos y mitad, a medias o enteras.
Tras tanto, los españoles que amamos España, esa mayoría silenciosa que de paciencia ya andamos algo escasos, asistimos estupefactos y expectantes a este nuevo desafío separatista catalán, el que aseguran desde el gobierno de la nación que no se producirá bajo ningún concepto, sin desvelar el cómo o el cuándo piensan impedirlo.
Españoles todos, no debemos permitir ni un segundo más un solo insulto hacia nuestra persona por el hecho de ser lo que somos, lo más grande que somos, ser Español. Orgullo patrio que me arde en las venas y me pide paso.
Porque la patria como la madre, con razón o sin ella.
Porque España no es ni mucho ni poco, España es TODO.